La medalla de bronce de matemáticas ya se le daba por ganada a un muchachito gordo de tierra adentro, que tenía una frente pronunciada y usaba una chaqueta remendada.
Por cierto, la primera vez que se dieron medallas de oro, plata y bronce para el primero, segundo y tercer lugar, respectivamente, fue en los juegos de 1904, en San Luis Missouri, Estados Unidos.