27 También las siete vacas flacas y feas que subían tras ellas, son siete años; y las siete espigas menudas y marchitas del Solano, siete años serán de hambre.
No era difícil recordar cómo era el firmamento antes de que irrumpieran: una vasta y desolada extensión azul tan vacía como los rostros sin pupilas de las estatuas de mármol.
Señor Conde Lucanor, siempre oí decir que el prudente se atiene a las realidades y desdeña las fantasías, pues muchas veces a quienes viven de ellas les suele ocurrir lo que a doña Truhana.