Se observa un abuso generalizado de las personas mentalmente enfermas y los dirigentes tradicionales y el Gobierno, ya sobrecargado, preferían o no podían abordar lo que podía considerarse como un problema familiar de poca importancia.
Las enojosas y triviales minucias no tienen cabida en mi espíritu, que está capacitado para lo grande; jamás he retenido la diferencia entre una letra y otra.