3.El final del segundo milenio, a diferencia del primero, no estuvo acosado por las visiones aterrorizantes del Apocalipsis, aquellas siete trompetas que convertían en sangre, oscuridad, humo y langostas a una tercera parte de la Tierra.
4.Sonaron los atambores, llenó el aire el son de las trompetas, temblaba debajo de los pies la tierra; estaban suspensos los corazones de la mirante turba, temiendo unos y esperando otros el bueno o el mal suceso de aquel caso.
5.Fuese llegando a la venta que a él le parecía castillo, y a poco trecho della detuvo las riendas a Rocinante, esperando que algún enano se pusiese entre las almenas a dar señal con alguna trompeta de que llegaba caballero al castillo.