Algunas de ellas resultaron excelentes y otras del todo excéntricas, pero al menos contribuyeron a hacer reír al final del día a ese par de almas solitarias que éramos los dos.
Por el contrario, la gente solitaria, que vive aislada de la sociedad, desarrolla enfermedades fruto del envejecimiento antes y vive menos que quienes no están solos y tienen relaciones sociales sólidas.
La señora Rebeca, una viuda solitaria que vivía en una casa llena de cachivaches, sintió a través del rumor de la llovizna que alguien trataba de forzar desde afuera la puerta de la calle.