¿No te llama la atención cómo en tiempos de cambios y crisis hay personas que se paralizan mientras otros florecen más allá de lo imaginable?
¿Cómo explicarías que hay personas que viven en ambientes idóneos y son infelices?
Mientras otros que viven en inestabilidad son capaces de llegar mucho más lejos, más rápido y más profundo.
Voy a contarte lo que yo aprendí en la historia de los pescadores japoneses, cómo lo vi reflejado en mi vida y cómo puedes verlo tú en la tuya.
Cuenta la historia que los japoneses siempre les ha gustado tener pescado fresco dentro de su dieta, pero las aguas alrededor del Japón no tienen pescado desde hace muchos años.
Las compañías navieras decidieron hacer barcos más grandes que les permitieran ir mar adentro.
Pero cuanto más demoraban en regresar, el pescado ya no estaba fresco.
Para resolver el problema decidieron poner frigoríficos dentro de los barcos.
De esa manera podían pasar más tiempo afuera y traer mayor cantidad de pescado.
Pero cuando llegaron a puerto, los japoneses se dieron cuenta del sabor a pescado congelado y se tuvieron que venderlo a un precio más bajo.
