Esta historia comienza con una conejita merodeando en el bosque.
Era una obra de teatro donde explican acerca del depredador y la presa, pero hoy en día viven en armonía.
La conejita soñaba con ser policía, pero la gente se burlaba de ella, de que no era posible.
Sus padres igual decían lo mismo, que mejor estuviera a salvo, ya que nunca habían visto un conejo policía.
Pero a ella no le importó, quería hacer justicia.
Y una vez, cuando un zorro estaba molestando unos niños, trató de ponerlo en su lugar, pero él la rasguñó.
Lo bueno de esto es que le quitó lo que se robó, esto le impulsó a ser mejor.
El tiempo pasó y la conijita creció, entrando a la escuela de policías.
Al principio no le iba bien, pero al intentarlo, poco a poco empezó a utilizar su ingenio, fue superando hasta los más grandes, volviéndose la mejor de la clase.
Y así se graduó.