Belice, entre selvas tropicales y grandes arrecifes de coral, antiguas ruinas mayas y ramificados sistemas de cuevas, Belice es un festín para los sentidos.
Síguenos en nuestro viaje mientras experimentamos la orquesta natural de este país de las maravillas de la selva.
Nuestro viaje por carretera a través de Belice comenzó recogiendo nuestro coche de alquiler en el aeropuerto.
No tardamos en llegar a la autopista del Norte.
Una vez tomamos el desvío hacia una carretera de grava, pasamos por campos de caña de azúcar mientras las nubes empezaban a cerrarse.
Para nuestra sorpresa, pronto empezó a llover a cántaros, lo que en cierto modo contradecía nuestra idea de una estación seca.
Como Belice es bastante pequeño, llegamos rápidamente al Área de Conservación de Shipstern, una reserva natural en el extremo noreste del país.
Para muchos animales, como el jaguar, este parque es un refugio muy necesario, ya que la deforestación amenaza cada vez más su supervivencia.
Sin embargo, las posibilidades de ver uno son muy escasas.
Pero mantuvimos los ojos bien abiertos mientras paseábamos por el bosque, observando los múltiples tonos de verde.