¿Por qué los humanos bebemos tanta leche?
Y dado que todos los mamíferos lactan, ¿por qué favorecemos ciertos tipos de leche sobre otros?
La leche es lo primero que bebemos, y gracias a los avances en su producción y a la variedad de productos lácteos, estos adoptan innumerables formas para el bienestar de nuestra dieta y el de nuestros sentidos.
La función primaria de la leche es ser fuente de nutrición de los recién nacidos.
De hecho, como tiene todos los nutrientes para el desarrollo y el crecimiento, las proteínas, los carbohidratos, las grasas, las vitaminas y los minerales, y el agua, la leche es lo único que un bebé necesita ingerir durante los primeros seis meses de vida.
La composición única de la leche puede variar según factores como especie, dieta y ubicación.
El reno del círculo polar ártico, por ejemplo, produce leche densa en energía que tiene un veinte por ciento de grasa, unas cinco veces más que la leche de vaca o la humana, para ayudar a sus jóvenes a sobrevivir al clima hostil y helado.
Así que cómo se produce la leche.
En el proceso exclusivamente mamífero de la lactancia, una clase especial de células secretoras de leche, conocidas como lactocitos, se alinean y revisten a los alveolos en una capa simple.
Esas células absorben los componentes de la leche, luego sintetizan gotitas de lípidos en una estructura llamada retículo endoplasmático liso.