Antiguamente los peregrinos viajaban a pie desde toda Europa para llegar a Santiago de Compostela.
Durante la Edad Media, la ciudad era igual a Jerusalén y Roma como destino de peregrinación.
El objetivo de este viaje de meses era llegar a la Tumba de Santiago, alojada en la Catedral.
Hoy en día Santiago de Compostela sigue siendo uno de los santuarios más venerados de la cristiandad, atrayendo a miles de peregrinos al corazón de la hermosa región de Galicia.
La UNESCO ha designado todo el Casco Antiguo de Santiago de Compostela como Patrimonio de la Humanidad.
Repleta de monumentos centenarios, la zona rebosa encanto histórico.
En el corazón del Casco Antiguo hay dos calles paralelas, la Rúa Nueva y la Rúa del Villar.
Estas dos calles peatonales están llenas de cafés, restaurantes y boutiques.
El nombre de esta plaza se traduce como "Plaza del Taller", y se origina en la época que se estaba construyendo la catedral de Santiago, ya que, durante años, numerosos canteros trabajaron aquí.
Esta gran plaza está rodeada por la Catedral de Santiago y otros tres monumentos históricos, incluido el Hostal de los Reyes Católicos; el Palacio de Raxoi y el Colegio de San Jerónimo que ahora forma parte de la Universidad de Santiago.