¿Qué pasa si les digo que desde donde están hoy acá con su celular pueden constituir una organización, una empresa, una organización sin fines de lucro, tener una cuenta para manejar los fondos, que esa cuenta sea administrada por más de una firma, sacar créditos para financiarse o incluso hacer participar a inversores privados?
Y todo eso en menos de un día. ¿Me creen?
Parece loco, pero en un ratito les cuento cómo.
La tecnología, Internet, las redes sociales vinieron a acercarnos.
Cambiaron nuestra manera de comunicarnos, nuestra manera de relacionarnos y de trabajar.
En el año 2020 nos mandaron a quedarnos en casa y de repente estábamos todos con tiempo, sin poder trabajar en la mayoría de los casos y conectados con el mundo exterior desde una pantalla, un celular, una tablet, una computadora.
Cambió para siempre nuestra manera de aprender, de enseñar y también de trabajar.
Antes de eso vivíamos en una rutina que nos tenía en automático: nos levantábamos para salir a trabajar, llevar los chicos al cole, ir a la universidad a estudiar y de repente nada de eso estaba sucediendo.
Los gobiernos empezaron a imprimir dinero para poder sostener a las personas que no estaban pudiendo ejercer su actividad, y gran parte de ese dinero se volcó a una de las dos industrias que estaba más activa: la industria digital.
Pasó lo que el cine ya había adelantado de alguna manera y nos metimos en la Matrix.