La enfermera estaba cansada de luchar con él, yo no entiendo por qué no me hizo entrar antes, en esta clínica son demasiado severos.
Ya es casi de noche y el nene ha dormido todo el tiempo, se ve que está agotado, pero me parece que tiene mejor cara, un poco de color.
Todavía se queja de a ratos pero ya no quiere tocarse el vendaje y respira tranquilo, creo que pasará bastante buena noche.
Como si yo no supiera lo que tengo que hacer, pero era inevitable; apenas se le pasó el primer susto a la buena señora le salieron otra vez los desplantes de patrona, por favor que al nene no le vaya a faltar nada por la noche, señorita.
Decí que te tengo lástima, vieja estúpida, si no ya ibas a ver cómo te trataba.
Las conozco a éstas, creen que con una buena propina el último día lo arreglan todo.
Y a veces la propina ni siquiera es buena, pero para qué seguir pensando, ya se mandó mudar y todo está tranquilo.
Marcial, quedate un poco, no ves que el chico duerme, contame lo que pasó esta mañana.
Bueno, si estás apurado lo dejamos para después.
No, mirá que puede entrar María Luisa, aquí no, Marcial.