No obstante, las lagunas en el marco jurídico general subsistirán hasta que se apruebe un convenio general que posibilite las medidas eficaces contra el inexcusable flagelo del terrorismo.
Y porque dije de mortuorios, Dios me perdone, que jamás fui enemigo de la naturaleza humana sino entonces, y esto era porque comíamos bien y me hartaban.
Mi señor bajó los ojos del cielo como quien despierta de un dulce sueño y dijo muy pausadamente: Dios manda que no volvamos mal por mal y manda que perdonemos las injurias. ¡Oremos!