Cuando los ataques se dirigen a las infraestructuras básicas de un país, como los sistemas de suministro de energía o las redes de transporte, las consecuencias pueden ser desastrosas.
Reponer y adquirir nuevos ómnibus para la red de transporte en la Ciudad de la Habana, incorporando 679 ómnibus rígidos y 600 articulados (estos últimos para la sustitución completa del metro bus).