Si le convenía, una parte podría tratar de invalidar su propia firma electrónica por ser insuficientemente fiable, con objeto de invalidar un contrato.
Otras delegaciones se declararon partidarias de que no se definiera el concepto de “firma electrónica”, sino que se dejara en manos de la legislación nacional.
Se han hecho estudios grafológicos de cómo firma ella, por ejemplo, en las felicitaciones navideñas, y dicen que es una niña muy reservada, que es muy detallista.