Aunque haya jugadores que ganan millones en gigantescos estadios, también lo pueden jugar felizmente un puñado de niños en la calle con una pelota parchada.
Hombres vestidos con túnicas de color naranja brillante y montados en escobas voladoras entraban y salían de la foto a toda velocidad, arrojándose unos a otros una pelota roja.
Un día, una niña que paseaba por el mundo de los monstruos buscando su pelota, encontró escondidas bajo unas hojas a todas las letras, que vivían allí dominadas por el miedo.
Esta presión rompe los glóbulos de grasa más grandes en diminutas gotitas, que se distribuyen de manera uniforme para crear un helado suave y esponjoso, digno de deleitar los paladares más exigentes.
Un estudio comparó el desempeño de golfistas profesionales cuando se concentraban exclusivamente en invocar la bola en el hoyo, respecto de cuando analizaban de manera exhaustiva las técnicas de golpe para invocar la bola.