El trabajo urgía —los sueldos habían subido valientemente—, y mientras el temporal siguió, los peones continuaron gritando, cayéndose y tumbando bajo el agua fría.
La depresión puede convertir las tareas cotidianas en grandes dificultades y reducir tus ganas de comer, lo que lleva a una reducción drástica del consumo de alimentos y a una pérdida de peso poco saludable.
A parte, esto ocasionó el auge del turismo y el gran crecimiento económico en España llevaron a España a ser la 4 economía más grande de Europa y a convertirse en el país donde era más fácil volverse rico.