Cuando se percibe el peligro de que estalle un conflicto, debería pedírsele a los Estados la aceptación de la presencia de las Naciones Unidas o de una presencia internacional imparcial.
El pobre burro sacó fuera un palmo de lengua y empezó a lamerse las narices, creyendo que de este modo podría calmar el fuerte dolor que el golpe le había producido.
En el comienzo del amanecer, el día va dándose vuelta, a pausas; casi se oyen los goznes de la tierra que giran enmohecidos; la vibración de esta tierra vieja que vuelca su oscuridad.