Hubo negociaciones; México les aseguró a sus impacientes acreedores que el impago sería solo temporal y España y Reino Unido decidieron retirar sus tropas.
La ley marcial continuaba, en previsión de que fuera necesario aplicar medidas de emergencia para la calamidad pública del aguacero interminable, pero la tropa estaba acuartelada.
Bandeira lo pondera, le ofrece una copa de caña, le repite que le está pareciendo un hombre animoso, le propone ir al Norte con los demás a traer una tropa.
El ejército entero había sido dividido en grupos guerrilleros camuflados entre la población civil, y su único objetivo de combate era acabar con la vida de las tropas invasoras.