La tremenda escala de la devastación y el sufrimiento humano resultantes hacen que nos cuestionemos los límites de lo que es posible para la humanidad.
Con su abundancia de recursos naturales y la tremenda capacidad de sus pueblos para ser agentes del cambio, África tiene la llave de su propio desarrollo.
Los bombardeos y los conflictos, la malnutrición, la pobreza, las enfermedades tratables, el trabajo infantil y el abuso sexual les ocasionan tremendos sufrimientos y muchas veces la muerte.
El espacio fiscal tremendamente limitado en el que operan muchos países en desarrollo también puede impedir la integración de los aspectos de sostenibilidad ambiental a esos planes y estrategias.
Pese al tremendo esfuerzo que se hizo con respecto a la Comisión de Desarme, no conseguimos acordar un programa que nos permitiera sacar del punto muerto a ese órgano importantísimo.