El contenido se dividió por períodos entre unos 50 autores, tanto burundianos como extranjeros, expertos en historia, geografía, lingüística y antropología.
En Malisevo y Gnjilane las señales viarias rotuladas conforme a la nueva política lingüística fueron rápidamente inutilizadas (pintando encima nombres en serbio).
Así, con el reconocimiento de sus características culturales y lingüísticas se podrán satisfacer con equidad y pertinencia sus necesidades educativas y básicas de aprendizaje.