Así que vuelvo a decir que a Camacho me atengo, de cuyas ollas son abundantes espumas gansos y gallinas, liebres y conejos; y de las de Basilio serán, si viene a mano, y aunque no venga sino al pie, aguachirle.
Maté un par de aves marinas, que parecían gansos, y las traje a casa pero no tenía muchas ganas de comerlas así que solo comí unos cuantos huevos de tortuga, que estaban muy buenos.