Urano fue cercenado por su propio hijo Cronos, el dios del tiempo, en confabulación con su madre Gaia, ya que Urano decidió devolverlos a él y a sus hermanos al vientre de ella.
Al dar a luz, envuelve una piedra en una manta, se la da a Cronos para que se la coma y entrega el niño para que sea exiliado a la isla de Creta, donde fue criado por ninfas.