No obstante, una autopsia halló 24 heridas externas en su cuerpo, tres costillas fracturadas y una costilla rota que provocaron lesiones en el corazón e indicaban que había sido torturado.
Y apártense: déjenme ir, que me voy a bizmar; que creo que tengo brumadas todas las costillas, merced a los enemigos que esta noche se han paseado sobre mí.
Un mozo de mulas de los que allí venían, que no debía de ser muy bienintencionado, oyendo decir al pobre caído tantas arrogancias, no lo pudo sufrir sin darle la respuesta en las costillas.
Tuvo que esperar a que doña Inés terminara la faena de barrer la calle y viniera a picarle las costillas a su hijo con el mango de la escoba y le dijera: -¡Aquí tienes un cliente!
Allí, dentro de una primorosa cabaña, esa Eva que Luo Ji había creado con una de las costillas de su mente, pasaba los días sentada ante una vieja chimenea, contemplando las revoltosas llamas del fuego.
Ya estaba Sancho bizmado y acostado, y, aunque procuraba dormir, no lo consentía el dolor de sus costillas; y don Quijote, con el dolor de las suyas, tenía los ojos abiertos como liebre.
Pero, apenas llegó a la puerta, cuando don Quijote la sintió, y, sentándose en la cama, a pesar de sus bizmas y con dolor de sus costillas, tendió los brazos para recebir a su fermosa doncella.