Nayamuth destacó que la agricultura, en particular el cultivo de la caña de azúcar, así como los recursos hídricos resultaron ser sectores muy vulnerables.
Esa asistencia, valorada en 110 dólares por persona y año, incluía harina, azúcar, arroz, aceite vegetal, leche entera y, en la zona del Líbano solamente, lentejas rojas.
El fértil suelo de los valles permite cultivar una gran variedad de frutas y hortalizas, como fruta del pan, cítricos, caña de azúcar, sandías, bananas, ñame y frijoles.