Este ciclo de oxidación-reducción crea un flujo de electrones entre dos sustancias y si se engancha una bombilla o aspiradora entre ambas, se le da electricidad.
Rosemarie decidió que ya estaba bien de pasar la aspiradora y se preguntó si había motivos que respaldaran la optimista idea de que era lo bastante fuerte para tomar la decisión importante número dos.
No fue hasta que enrolló la larga alfombra del pasillo y empezó a pasar la aspiradora sin boquilla por los listones del suelo que se acordó de una decisión que había tomado y que fue determinante en su vida.