A pesar de la ordinariez de la letra, el doctor Juvenal Urbino la ordenaba hasta muchos años después en las fiestas del Club Social como una prueba de su buen talante.
El aspecto exterior del andaluz se ha modernizado, pero su acento, su gesto, su fantasía, su sal, en una palabra, no han cambiado desde los días que Cervantes describía la vida sevillana en las Novelas ejemplares.