Muy angustiado,comenzó a dar vueltas por el vestíbulo murmurando incoherencias hasta que, de repente, divisó,por la ventana,el huerto que la familia tenía al lado de la casa.
La cena era un ajiaco al modo criollo, con tres carnes y lo más escogido de la huerta. Dulce Olivia lo sirvió con unas maneras de señora de casa que le iban muy bien a su atuendo.