2.Las zonas de conflicto y los territorios separatistas se han convertido en “agujeros negros” en nuestros países y reciben abiertamente apoyo desde el exterior.
3.Se trata fundamentalmente de devolver el protagonismo a la gente de buena voluntad en detrimento de los fanáticos y extremistas que fomentan la división y el odio.
4.A pesar del compromiso de la Federación de Rusia de desempeñar el papel de mediadora principal en la solución del conflicto en Osetia meridional, ese país continúa armando a los separatistas, con lo que crea un terreno fértil para el tráfico ilícito de armas, así como para la proliferación de materiales peligrosos.