Se debe reiterar que la paz no puede lograrse a través del poderío militar y que ésta nunca florecerá bajo la mentalidad de la disuasión y de la superioridad militar.
Se señaló, además, que no se debe aceptar la globalización a expensas de la identidad nacional, entregándose al respecto numerosos ejemplos de ciudades que han prosperado preservando al mismo tiempo su identidad cultural.
Así pues, la adopción del modelo de desarrollo sostenible constituyó una opción estratégica lógica para el país, pues garantiza a la generación actual y a las generaciones futuras su derecho legítimo a la prosperidad y a una vida mejor.