Avergonzado, sintiendo sobre sí la mirada reprobatoria de sus hermanos, sacó algunas naranjas de su bolsa y comenzó a tirarlas al aire haciendo malabarismos, que era lo único que sabía hacer.
La escritura se me hizo entonces tan fluida que a ratos me sentía escribiendo por el puro placer de narrar, que es quizás el estado humano que más se parece a la levitación.
Por ejemplo, los esquimales creían que estas luces eran espíritus que jugaban en el cielo, y por eso nunca dejaban salir a sus hijos por la noche: para evitar que se los llevaran.
Me gustaría volar muy lentamente a doscientas brazas de altura y ver los peces desde arriba. En los barcos tortugueros yo iba en las crucetas de los masteleros y aun a esa altura veía muchos.
7 Y dijo Jehová: Raeré los hombres que he criado de sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo: porque me arrepiento de haberlos hecho.
Al mirar hacia abajo, vio una nube rosada que se movía sobre el terreno, y en el aire algo semejante a las primeras nieves de una ventisca que aparecen de improviso, y entonces supo que eran las langostas que venían del Sur.
Luego, el pez cobró vida, con la muerte en la entraña, y se levantó del agua, mostrando toda su gran longitud y anchura y todo su poder y su belleza. Pareció flotar en el aire sobre el viejo que estaba en el bote.