La nueva Constitución del Afganistán reserva a las mujeres 68 escaños de la Cámara Baja, equivalentes al 27% del total, así como el 50% de los escaños de la Cámara Alta de Parlamento que ocupan miembros designados por el Presidente.
La jugada demostraría que la Cámara alta puede funcionar sin la necesidad del oficialismo y con una agenda completamente distinta a la impuesta en los últimos dos años.